Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.
Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia;
Con cánticos de liberación me rodearás.
Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.
Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;
Se volvió mi verdor en sequedades de verano.
Alegraos en Jehová y gozaos, justos;
Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.